Algunas cosas están predestinadas y no pueden forzarse. Todo tiene su época, su momento divino adecuado. Especialmente en lo que concierne a los asuntos del corazón.
Recuerda que siempre hay tiempo suficiente para el amor. Para encontrarlo, para alimentarlo, para darlo y para recibirlo.
Su reloj es eterno y late al ritmo del corazón, en perfecta armonía.
¿No es maravilloso saberlo?
El amor siempre llega a tiempo.
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